• El 20 % de los jóvenes de 15 a 24 años en todo el mundo (267 millones) no tienen empleo, ni estudian ni reciben formación (1).
• El 21 % de los puestos de conductor de camión y el 19 % de los puestos de conductor de autobús en Europa y la CIS están vacantes (2).
IRU ha pedido a los gobiernos que reduzcan la edad mínima de los conductores profesionales a 18 años en todos los sectores (camiones y autobuses). Esta simple medida aliviará la escasez de conductores a largo plazo al guiar a los que abandonan el colegio directamente hacia la formación profesional, ayudando a combatir el desempleo juvenil.
Las regulaciones de edad mínima para conductores profesionales varían significativamente en todo el mundo. Si bien la edad mínima ya es de 18 años en Oriente Medio y algunos países europeos, en muchas otras partes del mundo es de 21 años y de hasta 26 para los conductores de autocares en países como China y Turquía. Solo en la Unión Europea, existe un complicado mosaico de diferentes edades y reglas para los conductores de camiones, autobuses y autocares. Las regulaciones incluso pueden variar dentro de un país, dependiendo de si el transporte es nacional o internacional.
Estas normas restrictivas sobre la edad mínima representan un grave obstáculo para que los jóvenes se incorporen a la profesión en un momento en que el desempleo juvenil supera el 30 % en algunos países (3).
Satisfacer la demanda global
A pesar de las fluctuaciones del mercado laboral durante la pandemia, la escasez de conductores es un problema a largo plazo, agravado por el envejecimiento de la población activa.
La escasez de conductores es una preocupación mundial porque pone en peligro la movilidad y el comercio. En Europa, una quinta parte de los puestos de conductor están vacantes. En EE.UU. se espera que la escasez de conductores, ya alrededor de 60.000, se duplique durante la próxima década (4). La investigación de IRU muestra que Sudáfrica necesita alrededor de 15.000 nuevos conductores de camiones profesionales cada año, pero no puede contratarlos.
“La industria del transporte por carretera necesita jóvenes para satisfacer la creciente demanda de conductores y garantizar la continuidad de nuestros servicios. La edad promedio de los conductores de camiones en algunos lugares es de 55 años. Esto debe cambiar”, ha destacado Umberto de Pretto, secretario general de IRU.
La seguridad vial no es cuestión de edad
La seguridad es la máxima prioridad de la industria. A veces se cita como un factor restrictivo para la contratación de conductores más jóvenes, pero los estrictos requisitos de formación para acceder a la profesión revelan que los conductores más jóvenes no son más propensos a sufrir accidentes que los más mayores. De hecho, la accidentalidad es incluso mayor en los países donde la edad mínima es de 21 años que en aquellos en los que la edad mínima es de 18 años (5).
Se necesita la acción gubernamental
Los gobiernos han tomado muy poca o ninguna acción para alentar a los jóvenes a convertirse en conductores profesionales tan pronto como dejan el colegio. En Europa, se completará una revisión de la Directiva sobre permisos de conducir para 2022, lo que brindará la oportunidad de establecer la edad mínima para todos los conductores profesionales en 18 años. En EE.UU. se ha llevado a cabo un estudio piloto y se ha legislado para permitir la conducción entre estados a los 18 años, pendiente en el Senado. Pero estos son solo puntos de partida.
“La industria del transporte por carretera podría ser una enorme fuente de empleo para los jóvenes. Pero necesitamos que los gobiernos actúen para desbloquear este potencial y darles acceso a las oportunidades laborales disponibles”, concluye Umberto de Pretto.
1. Organización Internacional del Trabajo: Tendencias mundiales del empleo juvenil 2020
2. Encuesta IRU sobre escasez de conductores 2019
3. Organización Internacional del Trabajo, base de datos ILOSTAT, 2020.
4. Bloomberg: La escasez de conductores de camiones en EE.UU. está en camino de duplicarse en una década, 2019
5. Comparación de datos de accidentes de la base de datos CARE, 2017, Comisión Europea.