● Las medidas impuestas para evitar la propagación de la COVID-19 se basan principalmente en la restricción de la movilidad, con un claro impacto negativo en la actividad del transporte en autobús
● Las ayudas puestas en marcha hasta el momento son insuficientes. Las pérdidas de facturación se estiman ya en 3.550 millones de euros, estando en riesgo más de 30.000 empleos y un tercio de las empresas
● Coincidiendo con la reunión con el ministro Ábalos, CONFEBUS ha celebrado un webinar para presentar los principales ejes del “Plan de Recuperación y Resiliencia del Transporte de Viajeros por Carretera”
Rafael Barbadillo, presidente de la Confederación Española de Transporte en Autobús (CONFEBUS), se reunió el pasado martes, 6 de octubre, con José Luis Ábalos, ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), que estuvo acompañado por la secretaria general de Transportes y Movilidad, María José Rallo, con el fin de solicitar las ayudas que el transporte en autobús necesita, medidas que resultan vitales para poder garantizar la supervivencia y competitividad de las empresas del sector.
Desde CONFEBUS, han agradecido el apoyo y trabajo realizado hasta el momento, pero también han manifestado la urgente necesidad de poner en marcha nuevas ayudas que garanticen la supervivencia del tejido empresarial de la movilidad, configurado principalmente por medianas y pequeñas empresas de componente familiar. Las pérdidas de facturación en los primeros 9 meses del año se estiman ya en 3.550 millones de euros, estando en riesgo más de 30.000 empleos y un tercio de las empresas.
Entre las peticiones del Sector, centradas en facilitar la liquidez para que las empresas puedan mantener la viabilidad de los servicios y del empleo, destacan la ampliación de la carencia de los ICO un año adicional, la prolongación de los ERTE todo lo que sea necesario hasta la recuperación de la actividad, nuevas líneas de ayudas para 2021 para la compensación del déficit de los servicios regulares con carácter finalista, ayudas a los servicios turísticos, la moratoria en el endeudamiento de las empresas por la inversión en flota de vehículos y el lanzamiento de una campaña para la recuperación de la confianza de los viajeros en este modo de transporte seguro, que cumple con las medidas de seguridad e higiene necesarias, entre otras.
Las medidas impuestas para evitar la propagación de la COVID-19 se basan principalmente en la restricción de la movilidad, con un claro impacto negativo en todas las actividades desarrolladas por el sector del autobús. “No podemos olvidar la importancia del papel del autobús en nuestra sociedad, garantizamos la movilidad universal en todo el territorio, somos el medio de transporte que más personas movemos, más del 50% de la movilidad colectiva es en autobús, y contribuimos al desarrollo de la principal industria española, el Turismo. La situación del sector requiere de más apoyo, todavía no han llegado los fondos de ayuda y llevamos más de 7 meses de financiación propia para mantener un servicio público esencial, las próximas ayudas deberían ser más ágiles y de carácter finalista”, explica Rafael Barbadillo, presidente de CONFEBUS.
Plan de Recuperación y Resiliencia del Transporte de Viajeros por Carretera
Coincidiendo con la reunión con el ministro Ábalos, ayer por la mañana CONFEBUS celebró un webinar para presentar los principales ejes del Plan de Recuperación y Resiliencia del Transporte de Viajeros por Carretera, con el que la Confederación propone al Gobierno una serie de herramientas para que el transporte en autobús, un servicio esencial estratégico para la sociedad y la economía españolas, sea receptor de los fondos europeos de recuperación tras la crisis del COVID-19.
Con este plan se propone contribuir a una recuperación verde, digital y resiliente de la economía y en concreto del transporte de viajeros por carretera, como una de las garantías de la accesibilidad universal al servicio público de transporte, uno de los derechos fundamentales de los ciudadanos de la Unión Europea.
Este Plan está basado en cuatro ejes, la transformación ecológica, la digitalización, el empleo y el servicio público, y cada uno de ellos contiene una serie de actuaciones y medidas entre las que destacan las destinadas a la renovación de las flotas más sostenibles o las ayudas directas para la compensación de las pérdidas ocasionadas por la pandemia, como han hecho otros países (Alemania o Reino Unido), favorecer el acceso de las mujeres al sector, trabajar en la mejora de la imagen del sector, en planes específicos para el turismo y otros con enfoque territorial, en la modernización de infraestructuras (estaciones y Bus-VAO). Otra de las claves es el programa de digitalización de los servicios de transporte de viajeros y el desarrollo de sus capacidades de innovación.
La valoración económica del Plan es de 6.700 millones de euros, de los que 4.850 millones vendrían de fondos europeos y 1.850 millones del sector.