El pasado martes, 6 d octubre, el Consejo de Ministros aprobó la Hoja de ruta del hidrógeno: una apuesta por el hidrógeno renovable. El documento, que se encuadra dentro del Marco energético de energía y clima, plantea los objetivos nacionales de fomento del hidrógeno renovable para la próxima década. Transcurrido este tiempo, se estima una aceleración de la producción y aplicación del hidrógeno renovable en España.
Para garantizar el avance de las tecnologías del hidrógeno renovable, la Estrategia establece tres horizontes temporales (2024, 2030 y 2050) para los que determina una sucesión de hitos a alcanzar:
- Primera fase 2020-2024: Instalación de al menos 6 GW de electrolizadores en la UE y la producción de hasta 1 millón de toneladas de hidrógeno renovable, para descarbonizar la producción de hidrógeno existente. Se facilitará el consumo del hidrógeno renovable en nuevas aplicaciones de uso final, como por ejemplo en el transporte pesado. En esta fase, se prevé el establecimiento de hidrogeneras para el repostaje de los autobuses eléctricos de pilas de combustible alimentadas con hidrógeno.
- Segunda fase 2025-2030: El hidrógeno debe convertirse en una parte intrínseca de un sistema energético integrado con el objetivo estratégico de instalar al menos 40 GW de electrolizadores para 2030 y la producción de hasta 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable en la UE.
- Tercera fase 2030-2050: Las tecnologías de hidrógeno renovable deberían alcanzar la madurez y desplegarse a gran escala para llegar a todos los sectores difíciles de descarbonizar donde otras alternativas podrían no ser factibles o tener mayores costes.
En relación con el transporte por carretera, se destacan los siguientes aspectos:
- El hidrógeno está llamado a ser un valioso vector energético y la solución más eficiente para la descarbornización del transporte pesado de larga distancia. Este permite desplazar el uso de materias primas industriales o fuentes de energía de origen fósil por materia prima renovable, abriendo una nueva ruta tecnológica para la electrificación del transporte y la movilidad sostenible.
- Deben fomentarse otros usos finales para el hidrógeno en aquellas áreas en las que la electrificación no sea la solución más eficiente o no sea técnicamente posible en el medio plazo, como el transporte público.
- Flota de al menos 150-200 autobuses de pila de combustible de hidrógeno renovable en 2030 repartidos por todo el territorio nacional, con especial participación en las flotas de autobuses urbanos de ciudades de más de 100.000 habitantes.
- Con respecto a los vehículos pesados, este se posiciona como el segmento en el que el uso de hidrógeno renovable como combustible resulta más conveniente. A escala nacional se están llevando a cabo varios programas piloto que analizan la viabilidad de utilizar el hidrógeno renovable en vehículos industriales tales como autobuses y camiones.
De las líneas de acción previstas, destacan:
- La consideración en el marco de la fiscalidad verde y, en concreto, en los impuestos indirectos, de los efectos positivos en el medioambiente del hidrógeno renovable.
- El fomento del consumo de hidrógeno renovable en el sector del transporte a través de la transposición de la DER II.
- El desarrollo de planes que establezcan incentivos a la compra de vehículos e implementación de infraestructura (bonificaciones fiscales, cuota de compras mínimas para entidades públicas a través de la adopción de criterios de compra pública innovadora, fomentar la compra de flotas cautivas: policía, bus, taxi, …).
- El desarrollo de una legislación específica para hidrogeneras, que concrete los requisitos administrativos y delimite los permisos necesarios para su construcción y gestión.
Asimismo, en el Anexo I se detallan los mecanismos de financiación, tanto nacionales como europeos, y en el Anexo II, se explican los distintos proyectos en materia de hidrógeno renovables desarrollados en España.