A pesar de que el transporte en autocar es la forma más ecológica de transportar pasajeros hoy en día, los operadores de autocares se enfrentan cada vez más a las prohibiciones al diésel que impiden su acceso a las ciudades. La industria del transporte por carretera está comprometida en pensar más allá del diesel, pero las autoridades de las ciudades deben reconocer que obligar a los operadores a renovar su flota de diesel con otras alternativas llevará tiempo. Las reglas de acceso urbano solo pueden contribuir a la descarbonización y a las carreteras menos congestionadas si alientan más el transporte colectivo, incluso en autocares, como parte de la solución.
El nuevo informe “Coach of the Future”, publicado el pasado jueves 25 de abril por IRU, analiza las diferentes alternativas a la disponibilidad del diesel para los operadores de autocares desde una perspectiva ambiental y económica, y evalúa las condiciones necesarias para acelerar el cambio hacia combustibles más ecológicos.
Los viajes en autocar representan el 40% de la actividad del transporte colectivo por carretera de la UE. Unos 400.000 autocares en Europa viajan regularmente por autopistas y carreteras no urbanas, cubriendo distancias de 500 km por viaje de media. El combustible utilizado para alimentar a esos autocares, por lo tanto, debe ser adecuado para viajes de larga distancia y la infraestructura de carga y reabastecimiento de combustible debe estar fácilmente disponible.
El informe de IRU “Coach of the Future” identifica que las mezclas de bio-LNG, HVO e híbridos diesel-eléctricos representan opciones más sostenibles que están, o pronto, estarán disponibles tecnológicamente. Sin embargo, para que estas soluciones sean comercialmente viables se deben hacer esfuerzos para superar las principales barreras para la implementación, a saber, los altos costos de inversión en nuevos vehículos y la falta de infraestructura adecuada. Sin embargo, una cosa está clara: los vehículos eléctricos con batería están descartados para los servicios de transporte en autocar de larga distancia debido a su alcance y limitaciones de batería.
Los obstáculos podrían superarse en un futuro cercano mediante la implementación de políticas que respalden el despliegue de infraestructura de combustibles alternativos, ayudas para la compra de vehículos más limpios y la revisión de la legislación sobre impuestos a la energía y cobros a los usuarios de las carreteras. Esto crearía un entorno estable y predecible que permitiría y animaría a los operadores a invertir en vehículos más limpios.
Matthias Maedge, quien dirige las actividades de IRU en la UE, ha destacado: “Cada vez más ciudades están introduciendo prohibiciones a los vehículos diésel y los autocares están siendo atrapados injustamente en esas iniciativas, a pesar de que ya forman parte de la solución a la contaminación y la congestión. El sector está más que dispuesto a desempeñar su papel decisivo en el apoyo a ciudades más verdes, pero por el momento no tiene alternativas obvias. Se debe proporcionar tiempo suficiente para garantizar que haya vehículos más ecológicos disponibles en el mercado, que se haya desarrollado completamente la infraestructura adecuada y que se hayan implementado políticas que respalden la renovación de la flota antes de seguir adelante con las prohibiciones generales de los vehículos diesel”.
El informe “Coach of the Future” muestra que, si se cumplen todas las condiciones requeridas, el sector europeo de autocares podría reemplazar a la mitad de su flota de diésel existente con bio-LNG, HVO y vehículos híbridos a diesel para 2035 como muy pronto.
Maedge agregó: “El negocio de los operadores de autocares se basa en la posibilidad de recoger y dejar pasajeros en los centros de las ciudades. Las prohibiciones apresuradas solo resultarían en costes negativos para la sociedad y los operadores de transporte, con un efecto perjudicial para el medio ambiente”.
Por lo tanto, las autoridades de las ciudades deben reconocer que hay opciones limitadas de tecnología y combustible disponibles para los camiones y que tales alternativas aún no existen para los autocares.
IRU mantiene su compromiso de desempeñar su papel importante en el diálogo entre las distintas partes en busca de soluciones óptimas para el interés común tanto de los ciudadanos de la UE como de la industria del transporte por carretera.
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