Por Juan Benítez, Director de Marketing y Comunicación de The Salmon
Factor
Las aplicaciones, dispositivos, redes sociales y toda herramienta o software que permite el intercambio de información está generando en la actualidad más de dos trillones y medio de bytes, según datos de IBM, pero esto va a más, en un fenómeno hasta ahora desconocido para el hombre. Bien es cierto que tal cantidad de datos pueden convertirse en un maremágnum ininteligible, sobre todo si no introducimos herramientas adecuadas de métrica y analítica que nos permitan estar al tanto de la producción, la distribución, comercialización, así como la atención al cliente.
Esta radiografía nos proporciona un universo de explicaciones, donde se pueden detectar tendencias, constatar fenómenos o predecir comportamientos si se explotan de forma correcta, pues son obtenidos durante todo el ejercicio de la empresa en su máxima amplitud. Con estos mimbres se sobreentiende que tomar decisiones será más sencillo, más rápido y sobre todo más eficiente, por lo que estos datos se convierten en un elemento de gran valor para cualquier entidad. De hecho, este análisis ya está en marcha y al servicio de la Administración Pública en áreas que afectan al transporte de viajeros, ya sea en ciudades o en carreteras. Para ello, aprovechando el interés público, ya se instalan sensores en semáforos para contabilizar el número de vehículos que circula por un determinado punto y su entorno, para lograr alcanzar la optimización de tiempos de apertura, que permita mejorar la fluidez del tráfico. Es una medida básica para auditar constantemente la circulación, pudiendo incluso detectar tendencias como rutas alternativas o emergentes que buscarían los conductores para evitar atascos. De hecho ese Big Data ya se comparte en formato de Open Data o datos abiertos, que pueden usar otros proyectos, empresas o particulares para estudiarlos o simplemente volcarlos a un mapa de GPS, como ya hace Google Maps, que te indica ruta más rápida, anticipándote la hora te llegada a destino si cumples con las normas de tráfico, o te avisa de que hay más tráfico en la vía por la que circulas y por ello tardaras más en realizar el trayecto. Todo un análisis predictivo de altísimo valor, aunque nos parezca algo cotidiano porque Google nos lo proporciona gratuitamente.
En realidad son muchas las ventajas que nos aporta esta cantidad ingente de datos que analizar, ya que podemos planificar y gestionar mejor, pero también podemos disminuir el impacto medioambiental u optimizar el rendimiento de vehículos y conductores. Así, se conocen datos que permiten mejorar la velocidad comercial, información de emisión de gases, de conducción eficiente –o lo que es lo mismo, del control de las revoluciones, que tanto influyen en el desempeño del autobús y sus costes-, junto con el diagnóstico de toda la flota a través de los puertos OBD, que nos permiten anticipar incluso averías de forma remota. Todo un avance para la relación entre taller y vehículo en plena marcha, algo casi impensable hace un par de años…
Se puede acceder al artículo completo aquí Big Data para la excelencia en transporte, incluido en la sección Foro de Expertos de la Revista CONFEBUS núm. 3