Por
Joaquín Juan-Dalac Fernández, Ingeniero de
Caminos, Canales y Puertos. Socio Director de THINK & MOVE.
“A veces, lo mejor es enemigo de lo bueno”
Sin duda alguna, la calzada Bus-VAO de la carretera A-6, implantada en el acceso oeste a la ciudad de Madrid (1995), se ha convertido en la actuación más emblemática de lo que se conoce como soluciones para lograr un transporte colectivo de altas prestaciones en vías interurbanas congestionadas.
Esta operación se enmarcó en un plan para la potenciación del transporte colectivo en el corredor noroeste del área metropolitana de Madrid, incluyendo otras actuaciones como la creación de un nuevo intercambiador de transporte público (Metro + autobús urbano + autobús interurbano) en Moncloa, reordenación de las líneas interurbanas de autobús, promoción del viaje en coche compartido, entre otras, en un marco de cooperación interinstitucional entre Ministerio de Fomento y Comunidad de Madrid.
La calzada Bus-VAO fue diseñada con dos carriles y parámetros de autovía (v120), insertada entre dos calzadas direccionales y dos accesos intermedios, prolongándose sobre un carril único hasta la conexión con el Intercambiador. Funciona de forma unidireccional y reversible, en función del día y hora de la semana, para uso exclusivo de autobuses, autocares y vehículos con dos o más ocupantes (actualmente, motocicletas y automóviles Cero Emisiones).
Sucede que extender soluciones de esta envergadura en otras ciudades, tratar de replicar este modelo, implicaría transformaciones urbanas en las márgenes de las carreteras pre-existentes, abordar expropiaciones, comprometer elevadas inversiones (> 10 MEUR /km), asumir plazos dilatados y, no podemos negar, que estas condiciones no son fácilmente alcanzables hoy día…
Se puede acceder al artículo completo aquí Un nuevo modelo de vía rápida para autobuses, incluido en la sección Foro de Expertos de la Revista CONFEBUS núm. 1